Iaido Venezuela

Clases Iaido Venezuela
El arte y la vía. El verdadero significado de las palabras: Kung-fu, Budo y Dojo.

El arte y la vía. El verdadero significado de las palabras: Kung-fu, Budo y Dojo.

En las civilizaciones antiguas, cuyos testimonios existen aún vivientes en oriente, las artes tradicionales conducen a una Vía que permite al hombre, al precio de un aprendizaje largo y difícil, profundizar su experiencia en la percepción de la realidad a través de si mismo. Poco a poco, el aprendiz descubre las leyes que rigen las fuerzas sutiles que tejen la vida, y aprende que la calidad de sus obras depende del dominio de sí mismo, de lo que él es. Su trabajo exterior es el soporte de una metamorfosis exterior.


Este es el origen de una confusión que nos hace creer que el “Kung Fu” es el “Boxeo chino”. Para designar su arte de combate a manos desnudas, los chinos dicen Chuan-shu “el arte del puño”. Kung-Fu expresa el esfuerzo consciente, el entrenamiento perseverante en vista de realizar una obra de arte o de conseguir el dominio de sí mismo. La confusión proviene de las estrechas relaciones que existen en China entre las artes marciales y la realización del ser humano. Por lejos de ser utilizado exclusivamente por las artes marciales, el término Kung- fu sirve para expresar el nivel de un hombre en cualquier dominio. Para decir que un caligrafista ejecuta un trabajo de calidad, los chinos dicen su “Kung-fu” está muy avanzado.

En Japón existe la Vía de la caligrafía (Sho-Do), la de la ceremonia del té (Cha-Do), la del arreglo floral (ka-Do), de hecho, una Vía para cada arte antiguo. El arte del combate no escapa de esta regla. El Bu-Do designa el sendero abrupto que serpentea en el corazón de las artes marciales. Esta vía del combate es escarpada. La presencia del adversario exige la presencia de sí mismo en cada gesto, que es  en sí una cuestión de vida o muerte. Un fallo en la concentración o un desequilibrio entre el cuerpo y el espíritu, no perdonan en un combate real, y representan un gran riesgo en los entrenamientos. Rápidamente se descubre que el adversario más peligroso no hay que buscarlo en otra parte más que en si mismo. La vía del combate adquiere así un sentido diferente.

Do-Jo significa en japonés “el lugar de la Vía”. En él se practica el Bu-Do. Equivalentemente a un templo, el Dojo es un lugar sagrado en el que se recibe una enseñanza, en el que uno lo ejerce y se regenera. Pero el Budo, repiten los Maestros, no se practica solamente en el Dojo, Es un arte de vivir que se experimenta en cada instante. El verdadero Dojo, añaden los Maestros, es el que el discípulo debe construir en su corazón, en lo más profundo de sí mismo.

Extracto del libro El Blanco Invisible: El Zen en las artes marciales. De Pascal Faulliot.


Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Carrito de compra